domingo, octubre 24, 2010

Cómo

Cómo quieres que te quiera
de qué manera, con qué motivo,
con cuál razón.

Ni que valieras tanto,
ni que te quisiera del todo,
ni que tu rostro fuera bendecido.

Cómo quieres que sea,
si mi corazón enferma de ausencia,
si expiro de dolor, cómo.

Si quieres esta vez desapareceré
tendré que no quererte aunque te quiera...

sábado, octubre 16, 2010

Día Soleado (IV)

Primera parte

Segunda parte


Tercera parte


Cuarta parte

Su presencia tenía algo de bondad, sus palabras muchas veces calmaron mi dolor al hablarme en un lenguaje que me resultaba divino. Nunca me atreví a más, a quererla querer. ¡Cobarde!. Los meses pasaron, las hojas caían, los frutos nacían y yo con mi sentir anidado, hibernando en espera de algún día armarme de valor. Al año siguiente, mi ilusión se había convertido en sólo eso, no había un deseo por convertirlo en realidad. Es quizás la baja autoestima el principal problema, es esa estúpida idea de no sentirse digno de merecer el cielo, como si un enfermo dijera no merecer el hospital aún cuando este se está muriendo. ¡Pardiez! “porque puedo mirar el cielo, besar tu manos, sentir tu cuerpo, decir tu nombre...”.
Cuanto hubiese dado esos días por regresar el tiempo atrás y volver a mi época de infante. En las noches, frente a mi casa, a la orilla de la calle custodiada por la oscuridad de la noche se encontraba un árbol, no era de mango, ni almendra, ni ceiba, ni de aguacate, ni ninguno de los árboles suntuosos y aromáticos que debería crecer en una tierra tan fértil como la mía, sino, más bien parecía un árbol común y corriente, cargado de lluvia, de frutos ausentes, de nidos de pájaros, un árbol de laurel, pequeño pero gigantesco en recuerdos, por ese motivo era mí árbol y de nadie más. Muchas noches sin estrellas me senté a sus pies, guitarra en manos a entonar canciones que me hacían recordarla. El árbol se alimentaba de mis sueños que flotaban en el aire cuando me pasaba horas enredado en mis propias especulaciones.
Un día, al no soportar que alguien más lograra conquistar su corazón decidí recurrir a una táctica diferente. No sabía a quien acudir, en quien desahogarme, en qué hombro llorar. Curiosamente, una de las que yo consideraba era una de sus mejores amigas notó en mi semblante un tono de agonía y súplica así que cierta mañana se me acercó y me dijo, ¿qué tienes?. Esa era la señal que yo esperaba, una frase cual válvula, me diera la pauta para contarle a alguien lo que aquejaba a mi alma, mala táctica. Me escuchó atentamente, al tomar la palabra me dijo: “No, Otto, no te esfuerces, ni te ilusiones, tú no eres su tipo, a ella le gustan los tipos ... -aquí al momento que ella me describía con pelos y señales el “tipo” de personas que supuestamente le gustaban mi ánimo se cayó por los suelos-. ¡Nunca más! -dije- por segunda vez en la vida. Y por segunda vez me equivoqué, callé cuando tuve que haber abierto la boca, bien dicen que al que no habla ni Dios lo escucha, cómo pretendía hacerle saber de mi existencia a alguien a quien nunca expresé mis sentimientos. Aunque me hubiese dicho: “sabes qué, estás más feo que mandado a hacer...” o cosas por el estilo por lo menos no tendría esas espinas que a través de los años se van acumulando sobre nosotros y que algún día terminan crucificándonos con la forma pluscuanperfecta del verbo `haber´, hubiera.

viernes, octubre 15, 2010

Todo lo tuyo me es querido


Ni la lejanía de espacio y de tiempo,
ni ninguna otra belleza
consigue que me olvide de ti.
Chiapas.
Todo lo tuyo me es querido
incluso las cosas no vistas,
porque te amo,
Chiapas.


Foto: EduardoRobles

martes, octubre 05, 2010

¿Por qué?



¿Por qué las flores tienen más aroma?
¿Por qué la comida me sabe mejor?
¿Por qué tu piel de mujer
inspira mis dedos de hombre?
¿Por qué te quiero tanto?
¿Por qué?

sábado, octubre 02, 2010

Curare

Quiero confesarme
hacer poesía,
hablar bien de ti
vida mía.
Jamás olvidare
la primera imagen de tu figura,
tu semblante radiante,
tu dulcísimo acento,
tu risa sin mesura.

Con voz trémula
te dije un día que te quería,
una respuesta incierta
y piadosa respondiste.
Curare, eso fue lo que me diste.

Pero como hablar mal de ti
que luces altivez de soberana.
Reina de mis sueños,
insomnio de mis alboradas.
Luz de mis auroras
no se si fue un error
haberte conocido,
pero cuando te veo cada día
siento como si apenas hubiera nacido.

Mal de mi corazón
adicto a ti me he vuelto,
si supiera que me faltarás mañana
yo amanecería sin duda muerto.

viernes, octubre 01, 2010

Miércoles

Un día neutro
diferente a los demás
que parece despedir en su amanecer
un brillo casi etéreo, día propicio para amar.
 
Por la mañana comí un melocotón
que ella había tocado
nacido de una flor rosada
toda su ternura irradiaba.
Por un momento sentí envidia
de ese fruto al que Laura
entre sus suaves y tibias
manos blancas había cobijado.
 
Al medio día el cielo cerúleo
me mostraba el calor
de un sol abrasador
comparado con el que siente
mi alma por ti, chispa fugaz,
¡vaya! Ni Apolo con sus flechas de oro
puede igualársele a mi amor.
 
Transcurrieron las horas.
Ahora caminaba bajo un cielo
cuyo color había pasado
del azul al rosa con la puesta del sol.
Tarde taciturna con un cielo moteado de nubes.
 
Esa tarde se me ocurrió escribirte algo
empleando, quizás, un tono nostálgico,
ausente a la vez que esperanzador y trágico,
algo romántico.
Pensé escribir que eres terca y testaruda
que adoras la cocina, que te gusta la comida china,
que además escuchas Aerosmith
y que en Español tienes muchas dudas.
Aunque finalmente escribí:
“Solo quiero que sepas
que estoy pensando en ti,
que me gustas no una ni dos veces
y que en las noches mis sueños”.
me llevan hacia ti”.
 
La noche sorprendió
a mi corazón ilusionado,
duele saber que hoy
no estuviste a mi lado.
 
P.S.: Miércoles.
      Una noche más sin dormir
      por andar pensando
      en quién sabe qué persona.

  © ######## ######## Ah Kin Xoc 2006

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