¿Para qué queremos amigos?
¿Para qué queremos amigos? La respuesta más evidente es que los amigos nos amigos nos hacen felices; hacen que la vida nos resulte más interesante y divertida; comparten nuestros deseos y nuestro sentido del humor.
Pero la verdadera amistad se basa en algo más que el solo hecho de compartir el tiempo juntos y pasarlo bien. El antiguo filósofo griego Aristóteles lo expresó de este modo: "Podemos describir un sentimiento de amistad hacia alguien como el desear para él lo que creemos que son cosas buenas, no en nuestro propio interés sino en el suyo, y el estar dispuesto a ayudar como podamos a que las consiga".
Dicho de otro modo, los verdaderos amigos se regalan virtudes, o "cosas buenas", como dijo Aristóteles. Los amigos se tienen lealtad, se dan confianza, y se prestan ayuda en los momentos difíciles.
Como es natural, los amigos intentan convertirse unos a otros en mejores personas, se apoyan mutuamente, se ayudan a tomar decisiones adecuadas y a proponerse metas dignas. Ser amigo no conlleva hacer siempre lo que el otro desea; al contrario, se trata de hacer lo que creas que es mejor para él.
Todo eso significa que debes escoger a tus amigos con criterio. Los amigos dicen mucho de ti; señalan el tipo de persona en que puedes acabar convirtiéndote. Los buenos amigos te ayudan a levantarte, pero los malos amigos te arrastran hacia abajo. Si tienen costumbres perjudiciales, existe la posibilidad de que tú también acabes adoptándolas, de modo que, si no puedes convencerlos para que cambien de actitud, será mejor que busques nuevas compañías.
Por su puesto, para mucha gente encontrar y hacer nuevos amigos es un proceso difícil, pero no tiene que ser tan duro si se piensa menos en tener amigos y más en ser uno. Se consigue muchas más amistades interesándose por la gente que las que se consiguen intentando hacer que la gente se interese por uno. Y al interesarse sinceramente por los demás, se descubre que la amistad no sólo proporciona felicidad, sino que la hace aún mayor, pues me convierte en mejor persona.
Dedicados a cada uno de mis amigos, ellos saben quienes son.
Pero la verdadera amistad se basa en algo más que el solo hecho de compartir el tiempo juntos y pasarlo bien. El antiguo filósofo griego Aristóteles lo expresó de este modo: "Podemos describir un sentimiento de amistad hacia alguien como el desear para él lo que creemos que son cosas buenas, no en nuestro propio interés sino en el suyo, y el estar dispuesto a ayudar como podamos a que las consiga".
Dicho de otro modo, los verdaderos amigos se regalan virtudes, o "cosas buenas", como dijo Aristóteles. Los amigos se tienen lealtad, se dan confianza, y se prestan ayuda en los momentos difíciles.
Como es natural, los amigos intentan convertirse unos a otros en mejores personas, se apoyan mutuamente, se ayudan a tomar decisiones adecuadas y a proponerse metas dignas. Ser amigo no conlleva hacer siempre lo que el otro desea; al contrario, se trata de hacer lo que creas que es mejor para él.
Todo eso significa que debes escoger a tus amigos con criterio. Los amigos dicen mucho de ti; señalan el tipo de persona en que puedes acabar convirtiéndote. Los buenos amigos te ayudan a levantarte, pero los malos amigos te arrastran hacia abajo. Si tienen costumbres perjudiciales, existe la posibilidad de que tú también acabes adoptándolas, de modo que, si no puedes convencerlos para que cambien de actitud, será mejor que busques nuevas compañías.
Por su puesto, para mucha gente encontrar y hacer nuevos amigos es un proceso difícil, pero no tiene que ser tan duro si se piensa menos en tener amigos y más en ser uno. Se consigue muchas más amistades interesándose por la gente que las que se consiguen intentando hacer que la gente se interese por uno. Y al interesarse sinceramente por los demás, se descubre que la amistad no sólo proporciona felicidad, sino que la hace aún mayor, pues me convierte en mejor persona.
Dedicados a cada uno de mis amigos, ellos saben quienes son.
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