Réquiem para una rosa blanca
Hay una rosa blanca muerta en tu banqueta
no logro llegar hasta tus manos
cayo muerta en tu banqueta.
No te preocupes
cantare un réquiem para la rosa muerta.
Mañana cortare otra rosa en mi jardín
y junto con ella te iré a ver,
esperando tener el valor de entregártela
y no dejarla caer.
No pienso ver morir otra rosa en tu banqueta.
No pienso entonar con mi guitarra
otro réquiem para una rosa blanca muerta.
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