El viajero 1/5
Kazran Caderousse tiene 12 años, es un niño inteligente y solitario con un futuro económico y exitoso, la familia de la cual él proviene es administradora de un pueblo pequeño, con casas viejas y húmedas, comercios, viñedos y campos. Bajo la tutela de un padre autoritario, Kazran vive su niñez de una manera aburrida y sujeta a su despiadado padre, el cual no permite que su único hijo imagine o sueñe más allá de lo que está permitido.
El padre se dirige hacia la habitación del niño, empuja furioso la puerta y éste se asusta. Kazran ¿qué estás haciendo? Él no responde ¿qué estás haciendo? ¡Te he advertido antes sobre esto, niño ridículo, ignorante y estúpido! Sólo iba a hacer un holograma de los peces antigravedad. No seas tonto ¡eres demasiado grande para esas cosas! Pero la gente dice que los peces son hermosos, dijo Kazran, ¡no escuches a la gente, escúchame a mí que soy tu padre! No tuvo tiempo de reaccionar cuando sintió un ardor en la mejilla. El padre recorrió la habitación y salió.
Hoy en día ya es viejo, y el imperio que su padre hizo en vida ahora él lo controla.
Es noche de neblina, y una familia de campesinos se dirige a la casa del ahora Señor Kazran Caderousse, tocan a la puerta y son dirigidos al cuarto que se encuentra ubicado en la parte alta. Éste cuenta con muebles grandes y pesados, con una chimenea y varios libros que ya se ven empolvados y una enorme cortina que oculta un pesado objeto. Además, justo en medio de la habitación, una cápsula de aproximadamente dos metros de altura. Es en esta parte de la casa en la cual el Señor Caderousse pasa la mayor parte de su tiempo. Él se encuentra de espaldas hacia una ventana que da vista a la calle cuando los visitantes entran con cierta inquietud y con pasos dudosos. Venimos a pedirle Señor, que nos permita ver a Abigail aunque sea sólo por hoy. No es posible. Pero Señor, hace mucho tiempo que la tiene usted aquí, ella es el pago de nuestra deuda, hemos tratado de pagarla pero nos ha sido imposible y su padre antes de que falleciera lo sabía muy bien, se lo ruego Señor Caderousse. Con una mirada violenta el Señor Caderousse voltea y se dirige a ellos ¿qué no lo entienden? Ella no sale y es mi última palabra, largo de aquí ¡fuera! La familia es dirigida a la puerta con tristeza, el Señor Caderousse se sienta en su sillón y se queda profundamente dormido.
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