Inesperadamente
Todo tiene un principio y un fin, a veces se espera y otras ni agua va nos dice, pero llega, el fin de una etapa y el comienzo de otra que sin saber porque me atormenta.Lamento no ser demasiado consiente de ello, tengo una nube en mi cerebro que me impide ver las estrellas sé que solo está nublado y que todavía no empieza a llover.
Porque tuvo que venir alguien a recordarme todos esos momentos olvidados, porqué no se compadecen de mi pobre diablo y dejan de hacerlo a cada instante . Y es que esta vez no hay culpa ajena sino la propia que es la que más lastima, esta culpa que generalmente es por algo o por alguien, tú a fin de cuentas y en definitiva por nadie a la vez, como un vacío que solo llena el más absoluto silencio sin poder saber que fue lo que pasó y sin encontrarle una maldita explicación.
Pero de todo pasa, los minutos, las estaciones, la vida misma y cada minuto cuenta, de la noche a la mañana; estos cuatro días me he visto inmerso en una vida que no es la mía y me pregunto ¿cómo he podido llegar a convertirme en esto, a este extremo?. La semana pasada realicé un viaje al Distrito Federal, aunque más bien viajé al pasado, a los gritos a los reclamos, me di cuente de que los que me querían me siguen queriendo y los que me odian me odiaran de por vida y que no puedes cerrar las puertas a nadie y a nada, ya que lo que menos esperas esta por suceder -y dicho y hecho-.
Solo me pregunto, ¿en que punto de mi vida estoy? en una nueva ilusión, un nuevo desengaño, una cruda realidad, una dura prueba, la felicidad inminente, no creo soportarlo, así que aquí me quedo, esperando una nueva catarsis, un nuevo cambio, un milagro que puede llegar inesperadamente, claro, si es que regresas.
Porque tuvo que venir alguien a recordarme todos esos momentos olvidados, porqué no se compadecen de mi pobre diablo y dejan de hacerlo a cada instante . Y es que esta vez no hay culpa ajena sino la propia que es la que más lastima, esta culpa que generalmente es por algo o por alguien, tú a fin de cuentas y en definitiva por nadie a la vez, como un vacío que solo llena el más absoluto silencio sin poder saber que fue lo que pasó y sin encontrarle una maldita explicación.
Pero de todo pasa, los minutos, las estaciones, la vida misma y cada minuto cuenta, de la noche a la mañana; estos cuatro días me he visto inmerso en una vida que no es la mía y me pregunto ¿cómo he podido llegar a convertirme en esto, a este extremo?. La semana pasada realicé un viaje al Distrito Federal, aunque más bien viajé al pasado, a los gritos a los reclamos, me di cuente de que los que me querían me siguen queriendo y los que me odian me odiaran de por vida y que no puedes cerrar las puertas a nadie y a nada, ya que lo que menos esperas esta por suceder -y dicho y hecho-.
Solo me pregunto, ¿en que punto de mi vida estoy? en una nueva ilusión, un nuevo desengaño, una cruda realidad, una dura prueba, la felicidad inminente, no creo soportarlo, así que aquí me quedo, esperando una nueva catarsis, un nuevo cambio, un milagro que puede llegar inesperadamente, claro, si es que regresas.
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