¡Cómo te extraño!
Solo me dejaste la ropa sucias,
dos almohadas, polvo y soledad.
Te llevaste mi diccionario, mi pluma
la azul, la que era mi favorita.
Solo puedo decir: ¡cómo te extraño!
aunque suene raro, aunque te burles,
te extraño.
Te extraño como extrañaría un pulmón
un ventrículo o un riñón, con la misma pasión
con la misma sangre, con el anhelo a flor
con las ganas de jugar canicas cuando niño.
Me haces falta en mi colección de sueños rotos
en mi lista negra, la de fracasos y derrotas, esa.
Mi amor, o al menos te decías serlo,
por derecho, por obligación o por lástima.
Si esto es querer prefiero al auto-exilio
y de ti no prefiero nada, pero que conste,
te lo advertí, te extraño.
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