Fuego y violencia
Nunca que me dijiste que despertarías un día
y que un fuego azul nacería frente a tus ojos,
que la desolación reinaría en mis horas.
Nunca me dijiste lo violento que sería,
que te marchitarías en la tierra del olvido
sin decirme siquiera que estaba desaparecido,
hundido, totalmente desequilibrado para tu vida.
Arrebataste con tus brazos de fuego mi inocencia,
me diste calor pero nunca el suficiente,
me iré a infierno a buscarlo,
ahí donde no hay nada más que fuego y violencia.
Nunca me dijiste que te irías
ni yo te mencioné que regresaría.
¡Adiós! Nunca te bastó esa palabra
y pensar que cuantas noches como esta te lloré,
te quise siempre más de lo establecido,
te abracé con cada gota de la lluvia,
con cada rayo de un sol enamorado.
Quise pero nunca me mandaste una señal.
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