La huida
Corazón muerto en frío y sepulcral pecho
vociferando al viento maldiciones de azufre,
rompiendo con prontitud la puerta del infierno,
actuando sin razón.
Volando con movimientos bruscos
como un pez surcó el aire,
de este a oeste
hiriendo la piedra angular de mi casa de papel.
Escapando en canoas de cuatro estrofas,
surcando ríos de tinta paleolítica,
remando con plumas de ave fénix,
huyendo una lluviosa tarde de Septiembre.
2 comentarios:
¿Que tal? no puedo evitar asombrarme con tu manera peculiar de expresarte,me gusta la filosofia que manejas...
Gracias. Los comentarios en este blog son tan escasos como gotas de agua en el desierto.
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