viernes, abril 30, 2010

Mea culpa

17 agosto 2009
¿De quién fue la culpa? ¿tuya o mía?
La culpa fue de los dos, pero tú
te empecinaste en decir que fui yo.

¡No! no amor, yo no fui, fuiste tú.
Tú y sólo tú por no entender
lo que había dentro de mí,
tú por salir huyendo como cobarde,
tú por no decirme lo que sentías,
las cosas que te sucedían,
tú por tus traumas infantiles,
tú por no expresar tus emociones,
tú por mentirme,
tú por decirme que me amabas,
tú por no creer en mí,
tú por ilusionarme, tú, tú,
sólo tú.

¡No! no amor, la culpa es mía
por creer que me entendías,
la culpa es mía por no detenerte cuando te ibas,
la culpa es mía por no preguntarte lo que te sucedía,
la culpa es mía por creer que me apoyarías,
la culpa es mía por creer
cuando me decías que me amabas,
la culpa es mía por pensar que no valía,
la culpa es mía por no escuchar lo que me decían,
la culpa es mía por no entenderte,
la culpa es mía por dejarme querer,
la culpa es mía por no entender
que a fin de cuentas no me querías,
la culpa es mía por soñar que me amarías
para toda la vida,
la culpa es mía por no saber que me dejarías.
La culpa ¡amor! es mía, sólo mía.

miércoles, abril 28, 2010

Capítulo desconocido de una novela incompleta II

Día Soleado
Primera parte

Segunda parte


Estuve buscando una ocasión “especial”, durante muchos días mantuve a salvo la carta de las inclemencias del clima metida en la bolsa del pantalón. Recuerdo el aspecto rupestre de la carta, era una hoja de libreta a rayas, esas de lineas rojizas. Gramaticalmente era un atentado a la Real Academia, pero lo que importaba era la intención con la que mi corazón le ordenó a la mano que la escribiera. Mi letra era horrible antes como lo es ahora, así que de verdad hice un esfuerzo al hacerla legible. Llegó el momento decisivo. Es bueno hacer notar que la camaradería entre nosotros había disminuido notablemente, digo, sabiendo que tenía semejante bomba emocional en mi bolsillo, se me hacía realmente “peligroso” acercarme a ella por miedo a que explotara. Al salir de clases, yo traté de ir a la par de ella, sus amigas se apartaron conforme caminábamos, cada uno iba camino a su casa bifurcando en cada cuadra que avanzábamos. Yo sabía la ruta por la que ella iría, decidí adelantarme, tal cual lobo en el cuento de Caperucita, a esperarla más adelante para que no hubiera testigos de mi declaración. Pasó lo que yo creí una eternidad pero que realmente no creo que hayan sido más de 5 minutos. Decidí volver a buscarla. La multitud de alumnos evitaba que la viera a primera vista, conforma avanzaba no podía encontrarla por ningún sitio, -se habrá ido por otro camino, pensé-. Al avanzar, de la nada apareció ella, caminando, sola, tal como lo había planeado. Su camino era lento, parsimonioso, y yo venía a su encuentro. Nos separaban diez metros, ella venía hacia mi y yo hacia ella. De pronto, sentía una sombra rebasarme por la derecha, la sombra se acercó a ella, la saludó con un beso en la mejilla y se abrazaron. Sin darme cuenta detuve mis pasos. El mundo se desintegró para mí, ese día, lo recuerdo claramente con cierta nostalgia infantil. Me di la vuelta y dije: ¡Nunca más!. Llegué a mi casa con mi corazón latiendo deprisa como si quisiera sobrepasar el ruido del mundo con sus latidos. Me senté al borde de mi cama, esa que tantas noches había cobijado mi sueño, esa cama en la que había soñado despierto, en la que la madrugaba me había sorprendido pensando en ella. ¡Nunca más!. Rompí la carta en tantos pedazos como me lo permitía la geometría. Prendí mi grabadora y me recosté, esa día castigué a mi estómago, me negué a probar bocado, sólo quería olvidarme de todo y la música era una buena forma de hacerlo: “Tú, me robaste el alma, tú, me robaste el amor, tú, esa vez que te fuiste, también me dejaste sin mi corazón... Porque no pude enamorarme más, tú te adueñaste de mi voluntad, en todo este tiempo he guardado deseos y quiero saciarme en ti nada más...”. No me di cuenta en qué instante me quedé dormido, sólo sé que el cansancio cobra su salario puntualmente tarde o temprano. Desperté como si nada hubiese pasado, como si unos extraterrestres me hubiesen abducido en mi sueño y me hubieran hecho un trasplante de corazón. El desayuno supo a olvido. A partir de ahí, todo volvió a la normalidad y el tema nunca volvió a mi mente. Creo que e esta historia te resultará curiosa pero creo que conoces a la protagonista, se llama “Equis”.

Mi amiga, que hasta ese momento había escuchado atentamente, abrió ligeramente los ojos, como mostrando cierta sorpresa.

*¡No! ¿A poco se llama igual que yo?
*¡Sí!
*No... no... no... ¡no me digas que soy yo!. No puedo ser yo.

Sus ojos se llenaron de lágrimas.

*Pues créelo, que esto sucedió en el 2000 en aquel 3ro. C de secundaria.

Ninguna lágrima brotó, pero amenazaron por un instante en hacerlo

*¿Por qué eres tan tonto? ¿Por qué no me lo dijiste después?
*¿Por qué habría de hacerlo? Si con lo que vi no tenía ganas de nada, además siento que no era el momento oportuno para mi así que lo dejé pasar.
*Si serás bruto -me dijo cariñósamente-. Yo no tuve novio hasta el tercer semestre de la preparatoria. ¿ A quién viste ese día? ¿Cómo era el que me llegó a traer?
*No lo sé, eso fue hace diez años. Lo único que recuerdo es que iba en bicicleta y que te fuiste con él. Te saludó de beso en la mejilla, cosa un poco inaudita para pubertos como nosotros.
*Ah, creo que lo recuerdo. Mi papá siempre me iba a traer a la escuela, porque estudiábamos en turno vespertino, pero ese día no llegó, por eso iba caminando. El chavo era amigo de mi hermana, ella iba en la prepa. Imagino que le pidió de favor que me fuera a traer y que me llevara a mi casa. Menso.

Una extraña sensación recorrió mi espalda. Me sentí estúpido, diez años después. Quise maldecir y expresar con todas mis fuerzas: “Hubiera”. Guardé silencio, la sorpresa se reflejó en mi rostro. Me explicó que le había ido mal con su primer amor, que la habían herido, que quizás las cosas hubiesen sido diferentes “si tan sólo...”. Me contó que hacía 3 años no tenía novio, que de cierta manera estaba dolida con el género masculino. El mundo pudo haber girado diferente. Mi corazón latía desbordado por la verdad revelada muchos años después.


*¿Qué me viste? ¿Qué es lo que te gustó de mí? Si siempre fui una mocosa, una chamaquita sin gracia. Prácticamente una niña.
*Eso fue exactamente lo que me gustó de ti. Tus faldas de tablones, fajada hasta la cintura. Tu cabello indomáble, tu sonrisa.
*¡Ay Otto! Ni modo, quizás en otra vida.
*Sí, quizás
* ...

La visita fue amena. La conversación que le siguió está por demás contarla. Cosas triviales amenizadas por galletas de trigo y pozol. Las cinco horas que estuve platicando con ella fueron emocionantes, la manera de evocar el pasado de una manera irrisoria le quitó el toque trágico de lo que pudo ser una historia de amor. Al despedirme me dijo que quería la carta, que después de tanto tiempo merecía saber lo que decía. Lamentablemente ni el mejor arqueólogo tiene la capacidad de encontrarla ahora que ha desaparecido en el umbral del tiempo. Prometí que le escribiría algo, cuando lo sintiera, cuando por inspiración en una noche melancólica recordara aquel amor que tuve. Hasta ahora no la he escrito no por falta de tiempo, sino que se me hace realmente inútil, aunque ella esté en su derecho. La pienso escribir, no hoy, no mañana pero sí un día antes de que el mundo se desintegre.

Al caminar de regreso a mi casa, las cuadras parecieron eternas. Pensé en todas las cosa que había querido hacer y no hice por tal o cuál motivo. Los sentimientos que por miedo al rechazo fueron brutalmente reprimidos. Las cosas que en su momento me habían dolido en el alma y hoy no son más que un recuerdo del que estoy orgulloso de poseer, tal como heridas de batalla, como medallas al valor colgadas en mi pecho. A través de mi vida he perdonado, me han perdonado, pero siempre queda la espina de la duda, de lo que los americanos llaman “what if” así que decidí tratar de hacer memoria de los sucesos que me marcaron, que definieron mi caracter y que de una u otra manera me mostraron el camino. De todas las historias, sobresalía una en particular, una que tiene relación inmediata con la narrada anteriormente. Como toda historia tiene un toque melancólico, cómico, y trágico. Esta historia comienza más o menos así:

"Hay momentos en la vida, que, por una razón u otra te sientes bien. Y, generalmente es después de perder la esperanza en algo, cuando crees que no vas a tener suerte, que las cosas no te van a ir bien, es entonces cuando pasa. Piensas que si algunas cosas hubieran sucedido antes o después, o simplemente no hubieran sucedido, lo que estás viviendo en estos momentos, de la forma en que lo estás viviendo, quizás nunca habría tenido lugar. Yo no soy de los que creen en los milagros, pero hay veces que la casualidad, casi milimétrica es demasiado perfecta., y es esa casualidad la que hace que, aunque llueva, aunque sea de noche, te sientas como en un día soleado..."

viernes, abril 23, 2010

Sólo promesas

Ese pequeño brillo en mi ventana,
mi universo, todo lo que tengo y pienso,
las tres notas de un acorde de guitarra,
son viento, luz, cándidas sonrisas.

Son a veces, los atardeceres, las paletas de fresa,
el agua de jamaica, o incluso la nieve de limón,
las cartas perfumadas, las fotos recortadas,
e incluso los golpes en el corazón.

Sólo promesas, palabras de alquitrán,
hojarazca que se acumula
bajo la sombra del Omnipotente.

No existe un lugar donde quiero estar,
mi lugar, mi espacio, no lo hay,
no existe nada tangible en mi futuro,
sólo promesas más allá del Sol,
hogar bello hogar,
sólo la promesa de que tú
estarás conmigo doquiera que vaya.

Walking

He caminado demasiados kilómetros a lo largo de calles oscuras, he intentado encontrar en la oscuridad algo o alguien que salga a mi encuentro y me brinde lo que he estado buscando, una persona maravillosa que sea bendición, que me cambie la vida y la manera de ver las cosas, que sea mi complemente y lo que me hace tanta falta, jamás imaginé que ese persona podía ser yo mismo...

domingo, abril 11, 2010

Todavía me acuerdo de ti


Yo mientras tanto pienso en ti, que es lo que hago cuando no quiero pensar en nada, digamos que me fascina la textura que adquieres en el recuerdo, lisa y resbaladiza y sin responsabilidades ni remordimientos, algo así como acariciarte el cabello -el que tanto cuidas, el que tanto aprecias-, acariciarte el cabello siempre y sin consecuencias. Por eso prefiero recordarte de lejos, allá apareces a la distancia y el aire se queda quieto, eres un juguete de lujo en la tienda más costosa, tal vez por eso me cueste reconocer que eres de carne y hueso y aceptarte con todas tus consecuencias. ¡¡¡Feliz Cumpleaños Cyn!!!

“Mientras tomo un café humeante todo pasa... Es el sabor del silencio el que deleita mi paladar en sorbos pequeños. No recuerdo el momento exacto en el que dejé de ser dependiente, en el que mis alas de Ícaro cayeron. Es cierto, me sentí como un loco, sin estrella del sur, sin astrolabio. No he muerto, también es cierto, pero una parte de mi tuvo que morir para que otra renaciera, tenía que cumplir el ciclo: la ola impetuosa, el viento rebelde, el velero sin quilla. Tantas cosas pienso mientras tomo café, mientras espero a que llegues a este restaurante "anónimo". Cómo decirte que te quiero porque me nace quererte sin razón aparente, que siento que te conozco cuando en realidad no sé más que tu nombre... esta tarde me aterra la idea de olvidarme de todo esto y me conformo con plasmar estas letras en el reverso de un menú que ostenta el nombre de Vips.

jueves, abril 08, 2010

Malas traducciones

Dios entrega a los hombres sus voluntades visibles en los acontecimientos; texto oscuro escrito en una lengua misteriosa. Los hombres lo traducen enseguida y hacen traducciones apresuradas, incorrectas, llenas de faltas, de lagunas y contrasentidos. Muy pocas inteligencias comprenden la lengua divina. Las más sagaces, las más serenas, las más profundas descifran lentamente, y cuando llegan con su texto traducido, todo se ha verificado hace tiempo.

miércoles, abril 07, 2010

Utopía

Los problemas del socialismo pueden reducirse a dos principales:

  • Primer problema: producción de la riqueza.
  • Segundo problema: repartición de la riqueza

El primer problema implica cuestión del trabajo. El segundo la cuestión del salario. El en primer problema se trata del empleo de las fuerzas. En el segundo, de la distribución de los goces. Del buen empleo de las fuerzas resulta del poder público. De la buena distribución de los goces resulta la felicidad individual. Por buena distribución debe entenderse, no la distribución igual, sino la distribución equitativa. La primera igualdad es la equidad. De estas dos cosas combinadas, poderío público en el exterior, felicidad individual en lo interior, nace la prosperidad social. Y prosperidad social quiere decir: el hombre feliz, el ciudadano libre, la nación grande.

[Hay países]... que resuelven el primero de estos dos problemas: Producen admirablemente la riqueza, pero la distribuyen mal; y esta solución, que sólo es completa por un lado, la lleva fatalmente a estos dos extremos: opulencia monstruosa, miseria monstruosa; todos los goces para algunos, todas las privaciones para las demás, es decir, para el pueblo; el privilegio, la excepción, el monopolio, el feudalismo, nacen aquí del trabajo mismo. Situación falsa y peligrosa que asienta el poder público sobre la miseria particular, y que funda la grandeza del Estado en los padecimientos del individuo. Grandeza mal compuesta en que se combinan todos los elementos materiales, y en la cual no entra ningún elemento moral.

El comunismo y la ley agraria creen resolver el segundo problema. Se engañan: su repartición mata la producción; la distribución igual mata la emulación, y por consiguiente el trabajo, es una repartición hecha por el carnicero, que mata lo que divide. Es, pues, imposible de tenerse en estas falsas soluciones: matar a la riqueza no es repartirla.

Los dos problemas exigen una solución común para estar bien resueltos; las dos soluciones deben de estar combinadas de manera que formen una sola.
Si sólo se resuelve el primer problema... tendremos un poder artificial o un poder material; tendremos el mal del rico, y moriremos por vías de hecho, como han muerto varios países, o por bancarrota, como caerán muchos otros. Y el mundo nos dejará morir y caer; porque el mundo deja caer y morir todo lo que no es más que egoísmo, todo lo que no representa para el género humano una virtud o una idea. Téngase entendido que por estas palabras -varios países- designamos, no a los pueblos, sino las construcciones sociales, la oligarquía sobrepuesta a la nación, y no la nación misma. Las naciones merecen siempre nuestro respeto y nuestra simpatía. [Algunos]... países, como pueblo renacerán; [algunos]... otros pueblos, como aristocracia, caerán; pero como naciones, son inmortales. Dicho esto, prosigamos.

Hay que resolver los dos problemas: animar al rico y proteger a pobre; suprimir la miseria; poner término a la explotación del débil por el fuerte; poner freno al inicuo recelo del que está en camino, contra el que ha llegado ya; ajustar matemáticamente y fraternalmente el salario del trabajo; mezclar la enseñanza gratuita y obligatoria con el crecimiento de la infancia; hacer de la ciencia la base de la virilidad; desarrollar las inteligencias, ocupando al mismo tiempo los brazos; ser a la vez un pueblo poderoso y una familia de hombres felices; democratizar la propiedad, no aboliéndola, sino universalizándola, de modo que todo ciudadano, sin excepción, pueda ser propietario, cosa más fácil de lo que se cree; en una palabra, saber producir y repartir la riqueza, y tendremos juntamente la grandeza material y la grandeza moral; y seremos dignos de llamarnos... México.

Los Miserables. Cuarta parte.- El idilio de la calle Plumet y la epopeya de la calle de San Dionisio. Libro primero.- Algunas páginas de historia. Capítulo IV.- Grietas en los Cimientos (fragmento). Adaptación.

domingo, abril 04, 2010

En otra vida


Qué esfuerzo tuve que hacer
para no abrazarte,
qué pecado no besarte,
qué crimen retirar mis manos de tus caderas
sonriente, complaciente, suculenta en la penumbra.

Mi corazón está en otro lado, Faby,
ni siquiera mi cuerpo está donde debería estar.
Hubiera querido decirte: "En otra vida te busco,
me caso contigo y te hago feliz", te lo mereces
pero te lo quedo debiendo.

En otra vida haremos mil locuras,
me lo merezco y me lo quedas debiendo,
eso será en otra vida, porque ahora,
me están esperando,
me espera esta vida que llevo ahora,
la única que tengo, solo,
será un placer soñar contigo,
pero en este momento no quiero,
no puedo meter en mi vida verdadera
cosas que no son realidad,
que ya de eso tengo más que suficiente.

jueves, abril 01, 2010

Día soleado (fragmento)

...su presencia tenía algo de bondad, sus palabras muchas veces calmaron mi dolor al hablarme en un lenguaje que me resultaba divino. Nunca me atreví a más, a quererla querer. ¡Cobarde!. Los meses pasaron, las hojas caían, los frutos nacían y yo con mi sentir anidado, hibernando en espera de algún día armarme de valor. Al año siguiente, mi ilusión se había convertido en sólo eso, no había un deseo por convertirlo en realidad. Es quizás la baja autoestima el principal problema, es esa estúpida idea de no sentirse digno de merecer el cielo, como si un enfermo dijera no merecer el hospital aún cuando este se está muriendo. ¡Pardiez! “porque puedo mirar el cielo, besar tu manos, sentir tu cuerpo, decir tu nombre...”.

Cuanto hubiese dado esos días por regresar el tiempo atrás y volver a mi época de infante. En las noches, frente a mi casa, a la orilla de la calle custodiada por la oscuridad de la noche se encontraba un árbol, no era de mango, ni almendra, ni ceiba, ni de aguacate, ni ninguno de los árboles suntuosos y aromáticos que debería crecer en una tierra tan fértil como la mía, sino, más bien parecía un árbol común y corriente, cargado de lluvia, de frutos ausentes, de nidos de pájaros, un árbol de laurel, pequeño pero gigantesco en recuerdos, por ese motivo era mí árbol y de nadie más. Muchas noches sin estrellas me senté a sus pies, guitarra en manos a entonar canciones que me hacían recordarla. El árbol se alimentaba de mis sueños que flotaban en el aire cuando me pasaba horas enredado en mis propias especulaciones...

¡¡¡Feliz Cumpleaños!!!

  © ######## ######## Ah Kin Xoc 2006

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