jueves, junio 30, 2011

Descanza en paz

Tengo tantos verbos para el presente y tantos malos adjetivos del pasado. Infinidad de veces creí tocar el cielo pero al instante caí al suelo recordando que tan sólo fue un sueño y nada más. Nunca sabré si te tenía por completo o nunca te tuve. Han pasado varias modas, varios monzones, varias ideologías y pensamientos, y este amor zozobró, y mi corazón sobrevivió maltratado y débil. Traté de recurrir a las apariencias, rechacé cualquier querer, negué el sentimiento que nos unía, con el miedo latente que saliera a flote, evitando que la luz volviera a iluminar mi corazón, tornándose muy oscuro mi camino. En algún momento dejó de existir mi cariño hacia ti, por alguna causa desconocida mis ojos se cerraron impidiendo el seguir contemplando tu mirada, por alguna razón mi cuerpo dejó de producir calor, y a mi alma se le escapo tu aliento, sin darme cuenta, te dejé ir. Te quise sin condición, sin interés, pero tú te envolviste tanto en tu vida y en tus afanes que por un momento me olvidaste y me empezaste a dar de tu vida cada día menos. Han pasado los años y el hecho de saber de que estás bien me hace sentir inmensamente feliz, aunque muchas veces hubiera deseado una caricia, un beso o tan sólo algún gesto amable de tu parte, escuchar tu voz ahora anónima, una señal de vida que me hiciera recordar la alegría de lo que yo sentía por ti. Esto que escribo nunca lo escucharas de mi boca, y quizá tampoco te tomes la molestia de leer. Tal vez te dejé el corazón herido y la incredulidad se apoderó de ti, dejaste de creer en mis palabras y eso hirío tu alma. Lo siento, perdóname, no nos queda más que seguir con nuestras vidas, llenarnos de interrogantes y sueños. Sé con certeza que siempre estarás en mi vida, como algo grande, valioso y dichoso. Te libero y de ahora en adelante viviré en paz.

martes, junio 28, 2011

Soledad

Siempre estuviste conmigo, vigilándome, cobijándome con tu manto de tristeza y constante insomnio. Formaste parte de mí, te refugiaste en el recóndito nido de mi alma, me mostraste el camino hacia los vicios, hacia la perdición y la desesperanza, evitaste que viera la luz, que tanto necesitaba para estar vivo, me ahogaste en ese océano de desesperación. Te pido en este instante, soledad, que me dejes descansar de esa oscuridad. Hoy tengo fe, hoy tengo nuevas razones para vivir, he nacido de nuevo.

domingo, junio 19, 2011

Detergente

No debemos llevar de vez en cuando nuestra conciencia a la lavadora llamada "Iglesia", darle unos cuantos ciclos de lavado con unos cantos, una prédica u homilía y sacarla pura y blanca por efecto del detergente del perdón, lista para que volvamos a ensuciarla, debemos tener en cuenta que sólo tenemos una conciencia y que, si la lavamos muchas veces, se le hacen agujeros que las máquinas no pueden zurcir ni el arrepentimiento repetido remendar... adivinaron, hoy me tocó lavar ropa.

viernes, junio 03, 2011

Null

Tengo un chocolate que no puedo comer
una vela que no puedo quemar
un corazón que no puedo tener
es todo y nada a la vez,
no puede ser.

miércoles, junio 01, 2011

Al final del día

Al final del día en lo único que pienso es en tus ojos brillantes, me veo en ellos lleno de esperanza y expectativas, contemplando mi vida como un circo interminable... me ves y te veo revolver tu chocolate caliente. Diantres y yo sin poder que decir, si tan sólo te dijera que me basta con mirar tus ojos para sentir que el pulso se acelera, que el corazón me palpita y que me zarandea el amor, el cual representa un problema para mí, en cuanto bajo la guardia, éste me asalta, me llena el corazón y al día siguiente una lágrima de nostalgia, y el día después de mañana, un adiós. Lo cierto es que el amor siempre surge en mí de alguna parte y cuando se desencadena es como una enfermedad, una fiebre que consume mi vitalidad y que puede durar varios días, meses, incluso años. El vacío del estómago, dolor en el corazón ante la necesidad de afecto, de caricias, la dependencia de otro ser humano. ¿Qué significa todo esto si no unas ansias de querer? Hay veces en que estas ansias se apoderan de mí, mientras charlamos en la mesa de un café, viéndote sentada allí, mirándome. Viéndote mirarme. Tú eres la vida, estás allí, en medio de la batalla, pero sin el anhelo de correr riesgos. ¡Carajo! La imaginación se me desboca, pero...

  © ######## ######## Ah Kin Xoc 2006

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