Descanza en paz
Tengo tantos verbos para el presente y tantos malos adjetivos del pasado. Infinidad de veces creí tocar el cielo pero al instante caí al suelo recordando que tan sólo fue un sueño y nada más. Nunca sabré si te tenía por completo o nunca te tuve. Han pasado varias modas, varios monzones, varias ideologías y pensamientos, y este amor zozobró, y mi corazón sobrevivió maltratado y débil. Traté de recurrir a las apariencias, rechacé cualquier querer, negué el sentimiento que nos unía, con el miedo latente que saliera a flote, evitando que la luz volviera a iluminar mi corazón, tornándose muy oscuro mi camino. En algún momento dejó de existir mi cariño hacia ti, por alguna causa desconocida mis ojos se cerraron impidiendo el seguir contemplando tu mirada, por alguna razón mi cuerpo dejó de producir calor, y a mi alma se le escapo tu aliento, sin darme cuenta, te dejé ir. Te quise sin condición, sin interés, pero tú te envolviste tanto en tu vida y en tus afanes que por un momento me olvidaste y me empezaste a dar de tu vida cada día menos. Han pasado los años y el hecho de saber de que estás bien me hace sentir inmensamente feliz, aunque muchas veces hubiera deseado una caricia, un beso o tan sólo algún gesto amable de tu parte, escuchar tu voz ahora anónima, una señal de vida que me hiciera recordar la alegría de lo que yo sentía por ti. Esto que escribo nunca lo escucharas de mi boca, y quizá tampoco te tomes la molestia de leer. Tal vez te dejé el corazón herido y la incredulidad se apoderó de ti, dejaste de creer en mis palabras y eso hirío tu alma. Lo siento, perdóname, no nos queda más que seguir con nuestras vidas, llenarnos de interrogantes y sueños. Sé con certeza que siempre estarás en mi vida, como algo grande, valioso y dichoso. Te libero y de ahora en adelante viviré en paz.
0 comentarios:
Publicar un comentario