Hay tanto por decir
Hay tanto por decir y nadie empieza, nadie quiere lanzar la primera piedra, esa que hiere y lastima la que destruye los castillos de arena. ¿Cuándo fue la última vez que recorrimos la frontera? cuando el sol se ocultaba frente a nuestros ojos. No recuerdo el día, ni la hora precisa -y es que mis ideas son como solventes que vuelan por los cielos, inertes-pero aún resuenan tus palabras, aún duele la herida.
Como si nada hubiese pasado en el mar, como si fuera una botella perdida de un náufrago mas. Heme aquí, sin palabras sin rimas sin nada que no sean ojos llenos de lágrimas, una garganta seca por el mezcal y el pulmón lleno de hollín, de aire grisáceo, de eso que me atrevo a llamar vida... Soy uno más de tus fracasos, un éxito a medias que solo continua el diario vivir porque el sol me acaricia cada mañana. Soy ese el que dio todo aunque no le dieran nada, el que tiene traumas, cuentos y novelas perdidas; sí, el que desea lo mejor de ti aunque no sea cerca de mi, mientras vivas feliz me disfrazaré de existencia y coronaré tus recuerdos con unas veladoras, pues tú tienes que ser un milagro...
Como si nada hubiese pasado en el mar, como si fuera una botella perdida de un náufrago mas. Heme aquí, sin palabras sin rimas sin nada que no sean ojos llenos de lágrimas, una garganta seca por el mezcal y el pulmón lleno de hollín, de aire grisáceo, de eso que me atrevo a llamar vida... Soy uno más de tus fracasos, un éxito a medias que solo continua el diario vivir porque el sol me acaricia cada mañana. Soy ese el que dio todo aunque no le dieran nada, el que tiene traumas, cuentos y novelas perdidas; sí, el que desea lo mejor de ti aunque no sea cerca de mi, mientras vivas feliz me disfrazaré de existencia y coronaré tus recuerdos con unas veladoras, pues tú tienes que ser un milagro...
Hay tanto por decir, aún. Recuerdo a lo lejos las noches en que te soñaba, las extrañas madrugadas y los amaneceres ficticios. Lo recuerdo todo. Como si fuera un testigo esencial de un corazón asesinado, una víctima, un desdichado para quien la vida no vale nada. Tantas noches, tantos libros, tanto, tanto, tanto y aún eso no fue suficiente: nunca es suficiente.
Te pregunto si me quieres, me amas, piensas de vez en cuando en mi... Con quien estarás ahora, porque tengo la necesidad de mantener mi boca ocupada y mi conciencia embriagada, si tus besos estuvieran aquí no los buscaría en cada estrella caída, en cada falta de ortografía. Castigo mi cerebro por ser tan tonto, escondo mi corazón para que el sol no lo toque. Me escondo a mi mismo por temor a que veas lo que queda de mi, si es que aún queda algo. ¿Hasta cuando? Hasta cuando has de volver... te estaré esperando.
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