sábado, octubre 17, 2009

Supremum vale!

Como parte de la serie 24:20 les dejo una carta del Martes, 31 de Mayo del 2005. Supremum vale! significa "¡Adiós para siempre!", "¡Adiós supremo!", palabras dichas por Orfeo, a Eurídice cuando la pierde por segunda vez.

No sé que decir, ni como empezar, quizás con una disculpa o con una súplica de perdón. Lo siento, de verdad lo siento, siento tener que comportarme de esta manera cobarde e indecisa. La cabeza me dice una cosa y el corazón otra, antes de tomar una decisión sea cual fuere debo averiguar que tengo mejor, si la cabeza o el corazón, ambos van a donde son apreciados. En la situación en que me encuentro siento que no debo confiar en mis neuronas y sin lugar a dudas mi lugar, por el momento, está en Tapachula, además, no quiero vivir de recuerdos tuyos, ni mucho menos vivir en la ilusión, quiero aprender a enfrentar mi realidad y aprender a analizar las situaciones, aunque sé que soy incapaz de analizarme a mí mismo, hasta el punto que muchas veces no sé que me pasa, no entiendo mis reacciones, y no sé que esperar de mí, mucho menos de ti, aunque todo esto esté cambiando.

Me aterra la idea de olvidarte, pues pierdo mucho, además, este cariño que siento por ti no puede morir -creo que es la palabra más adecuada- así. Mucho menos en Mayo (¡sacrilegio!), no es estos días de luz y sombra, por algo mi favorito, no en este mes cargado de mucha nostalgia poética; como si esta tristeza me hiciera ver las cosas de una forma confusa, como reflejos borrosos en un espejo.
Aún me estremece el hecho de necesitarte tanto, de estar contigo cada día, de pensar en ti en todo momento porque ¿cuánto tiempo podré estar a tu lado? ¿Unos días, unas semanas? ¿Tal vez un mes o un año? ¿Y después? Después será como una muerte lenta, una especie de asfixia interna, una dolorosa y cruel muerte, gradual, en este repugnante mundo sin ti.

Iluminado por los rayos de un sol frío y distante, indiferente. Me espanta esta idea, me asalta el deseo de renunciar a ti, no es tu indecisión, no es que mi amor por ti no sea correspondido, sino la percepción que tengo de ti, de mi, de esta utopía llamada nosotros. A veces quisiera perderme en la noche y alejarme de ti, pero como te habrás dado cuenta no lo hice, quizás porque durante toda mi vida no he hecho más que que portarme como un cobarde y renunciar. Nunca he poseído y perdido algo con valor sentimental, y aunque debo pagar un precio terriblemente cerca, estar contigo y perderte un día se me hace más apetecible que la lapidaria renuncia a ambas, y sé que disfrutare cada momento de lo primero mientras espero lo segundo, si es que llega.

Poco a poco, conforme avanzan estos días de soledad en los cuales he reflexionado acerca de mi situación, siento que se han esfumado las dudas, siento como vuelve a circular la sangra por mi corazón y empieza a apoderarse de mí la voluntad de llevar a cabo lo que me he propuesto, incluso con más fuerza que antes, porque ahora la voluntad de seguir adelante ya no tiene su origen en un anhelo, sino que ha surgido de una decisión meditada, aunque en estos casos tú me has dicho que es mejor no pensar. Solamente quería que supieras esto, lo creí necesario.

  © ######## ######## Ah Kin Xoc 2006

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