Cosas de humanos
Me lo dijo tantas veces mi madre y por primera vez le hago caso: busca a Dios y el te concederá las peticiones de tu corazón. Lo reconozco, soy terco y testarudo, pobre pero honeso, demasiado enamoradizo. Se me ha hecho tradición decir, me sobró melancolía y me valtó valor. Hace ya varias lunas escribí: No soy humano... hoy me doy cuenta de lo vivo que estoy, de lo humano que me hace sentie el dolor, el llanto, esos ríos y ese fuego interior que muchas veces no me dejan dormir. Espero y no sea demasiado tarde para confiar en Tú fidelidad, para pedir perdón, para solicitar clemencia, prórroga, oportunidad, nueva vida o como quiera que le llames. Me resta esperar, tener miedo, reir, llorar y sentirme vivo.