Historia de una noche
Cercado por renglones está mi talento
atado a un diccionario,
encadenado al que dirán,
si lo que digo quedará impreso
o perpetuado en tinta por la eternidad.
Espero la noche para mendigar palabras,
busco soñar despierto
aunque en la mañana hable dormido,
esperar a que un hada llegue
y guíe mi mano por praderas y collados.
Liberar palabras salvajes
aún no domesticadas por la lengua;
es mi vicio nocturno, deambular por el pasillo
hasta verme sorprendido por el alba,
evocar en mis versos
la dulzura de tus dedos y tus labios,
derretirme como hielo con la brisa matutina
imaginando el calor de tus manos..
Escuchar a altas horas de la noche
una canción de mala muerte,
esas que su historia nos quedan a la medida
-maldita soledad-,
al son de “algún día te olvidaré”…
Esta noche no, no más,
Por ahora solo me basta un diccionario en mi mesa,
tu imagen en la mente,
un te quiero en mis labios y una pluma en la mano.
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