sábado, enero 16, 2010

Triste desayuno

Fue una mañana vulgar
como cualquier otro día de la semana,
la mesa estaba servida.
Sobre ella una cesta de mimbre
con las frutas favoritas de una figura ausente.
Un vaso con una constelación de hielos
agonizando en sus aguas: jugo de naranja,
dulce y amargo como la propia vida.
 
Esa incorpórea sensación manaba de mi mente
me recorría el cuerpo dejando
un sabor pasajero en la boca,
sabor de tortilla y salsa, saliva con cerveza,
el sabor de un corazón ebrio
por una noche de sentimiento etílico.
 
Las sábanas te despidieron al alba,
mi cuerpo dormido
y el tuyo tan harto de mí,
esa vaga mirada de tus ojos paralíticos,
comprendí que esa última noche antes de dormir
se escribió el fin.
Ahora, frente a la mesa y una silla ausente,
como este triste desayuno sin ti.
 

0 comentarios:

  © ######## ######## Ah Kin Xoc 2006

Back to TOP