domingo, noviembre 07, 2010

Los caminos del corazón

Sigo esperando tu llegada.


La música resuena en mis oídos mientras tanto, la cafetería está sola y un mísero salero adorna la mesa. Escribo para no sentir la soledad, para concentrarme en mis recuerdos, para traer a la vida tu figura.

Dime, ¿qué ha sido de ti? ¿por qué demoras tanto tu regreso? No voy a negarlo, todavía se me va la voz al mencionar tu nombre, al cantarte quedito cuando nadie me ve. Conjugando verbos: queriendo, intentando, pretendiendo, ando, endo olvidando.

Sé que eres feliz y con eso tengo bastante, aunque mis palabras suenen vacías, distantes, carentes de la familiaridad a la que estábamos acostumbrados. Quiero verte como amiga, como un sueño etéreo y dorado, como objeto arqueológico, como polvo, pasado.

El adiós más difícil fue cuando me negué a mirar atrás, cuando el caos reinó al final de mi novela personal. Sabes, desde mi interior busco tu abrazo, tu sonrisa constante...

Sé que se me hizo tarde, mi tiempo no es tu tiempo, mi querer no es tu querer, mis caminos no llevan a Roma. Mis veredas invitan a perderte en ellas, caminos hacia ningún lugar.

Ya no quiero extrañarte, ni escribirte, ni llamarte a deshoras, a veces quiero mandar todo al carajo, llorarte, guardar luto y de una vez por todas: olvidarte.

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  © ######## ######## Ah Kin Xoc 2006

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